El moño, delicado símbolo de inocencia y dulzura, se une con la cruz, representación de fe y bendición.

Este pin de bebé combina ternura con espiritualidad, creando un amuleto que protege y al mismo tiempo celebra la pureza de los primeros años. Portarlo significa desear para el pequeño una vida envuelta en amor, fortaleza y esperanza divina.